Demóstenes (Versión de Antonio Gamoneda, 2003)
DEMÓSTENES. Bebido el tósigo, reclinó su cabeza para advertir el momento en que la sustancia se posase en el corazón y así estuvo hasta que ésta se hizo sentir; luego, sollozó una sola vez.
Demóstenes (Versión de Tomás Rivero, 2010)
DEMÓSTENES orador de la Grecia clásica
no se ahogó con los guijarros que usaba
para superar su tartamudez
ni corriendo por la playa frente al mar embravecido.
Elocuente se envenenó
bebiendo la tinta con la que escribía
que era la metafísica de las palabras
el origen de los nombres
la causa de las cosas habitando la carne.