martes, 10 de diciembre de 2013

Buenos días

Tengo la cabeza llena de rosas
la boca desbordándose de pétalos azules
y un mar de pestañas
que me lleva al vértigo gris
de tus ojos dormidos.

Nada en la penumbra de la alcoba
un pez germinal que va dejando semillas doradas
en nuestra piel de buenos días
y hay un sol o tal vez tres
tras los cristales húmedos y fríos.

Y recuerdo versos de Pavese
y un poema que hice de niño
cuando los hombres eran pequeños
como un árbol
o muchos como un bosque.

Hoy no voy a decirte que te amo
si me besas y te marchas
tras el sol de la ventana
tras la niebla de los bosques
de esos hombres que un día fueron niños

y que hoy juegan en un mar de otoños
como un pez de doradas escamas
nada entre las hojas húmedas y frías.