Poetas. Curtidos militantes.
Suicidas. Tropel. Calle arriba. Verano. Ese verano
instalándose como una fibra de luz en cada nervio,
la tensión acerada de aquellas células de amanecer.
Experiencias encontradas. La vida cotidiana.
Parias enamorados de un amor
que abría nuestras manos.
Contra el paro: ocio permanente.
Las pintadas rojas y negras.
Trabajar todos para trabajar menos.
Disolución de los cuerpos represivos.
Y el silencio. Veníamos de un silencio de siglos.
El mural. Los yankis invadían centroamérica.
Y decíamos: "Yo soy el hombre más importante del planeta
la mujer más hermosa de la vida"
considerando entonces este compromiso
nos construyeron una biografía de cicatrices.
Dejamos señales en cada gesto
en cada amanecer
y fuimos perseguidos.
Ahora anegados en melancolía buena,
como de una serpentina del alma
nos miramos unas invisibles cadenas.
Supimos hasta donde llegábamos.
Hay un río que lleva nuestras vidas.
Hoy no contemplo a los mediocres.
La verdad la verdad la verdad
tres veces te negué
porque eras mentira.