Amada en esta
noche tú te has crucificado
sobre los dos
maderos curvados de mi beso;
-César Vallejo-
Amada con valerosos soldados que vinieron del miedo
he intentado seducirte,
lograr que entretuvieras
tus cálidos labios en mi músculo primero.
Amada,
hoy, a esta hora perfecta y mema,
con héroes calamitosos y cobardes,
pedantes treintañeros pusilánimes,
he puesto en todas las fronteras
claveles y geranios, alguna madreselva.
Y para que huela a jazmín tu pubis
de sensual jardín guerrero
he colmado tu alcoba
de esta dulce enredadera.
Y mientras se llena la pagana noche
del aire de tus clámides
y un murmullo de minué
va apagándose en ti,
con un ejército de cobardes rastreo
el silencio de tus ingles
el olor azul de los armarios,
la soledad de margaritas y riberas
en los bordes tristes de la cama.