martes, 30 de octubre de 2018

La raíz

Tomé una piedra y una soga,
pensé
que el árbol necesitaba una hoja
y rodeé su tronco con mis brazos.
Dentro de él caían hombres ahorcados,
como piedras que buscan
la raíz.



Otra sed

Asistir a tu labio
como el agua asiste a su caída,
y beber de tu boca
como la lluvia llena el vaso.



Carácter

Fui un amante sin careta
que no supo distinguirse
un hombre abandonado
de rumbos olvidables
fui tu equipaje imprescindible
una daga oculta en jubones
de descalzos beatos.
Mi ávida impudicia
gozaba
a la pábila luz
de un amanecer casi blanco.
Tu cálido cuerpo huyendo de mí
y de la sucumbida noche
llevando tras de sí sábanas
usadas para ahogar en ellas
miles de besos y algunos abrazos.
Fue
al fin y al cabo un nudo
fuertemente apretado
a la cintura de quebrar arrebatos.
Fue
una cuestión de carácter
o una manera de estar en la vida.
Como lo estás tú
como lo están aquellos
o como lo están todos.

domingo, 28 de octubre de 2018

Visillos

Dícese de aquellas telas finas que transparentan una intimidad acordada para que al otro lado de la ventana, el que observa, tenga una realidad difuminada de aquello que cree ver. Todo parecido con la realidad es un supuesto convenientemente concertado con el morador de la casa. Al otro lado habita el silencio, aunque de vez en cuando se oye un dulce palmeo de alas de pájaro. Y una canción vive o se demora en la cal. Las paredes rezan. Los estribillos de un cascabel en cada paso de la calle. Tú te alejas.


Coloquio en el corrillo


A Aníbal Nuñez

La búsqueda de la palabra que como una tilde
indique el lugar exacto de la emoción, para ser
pronunciada con un golpe ágil de rotunda verdad.
Otros vendrán a rectificar los nombres que diste
a las cosas tuyas, y que ellos consideraron inútiles.

jueves, 4 de octubre de 2018

Patria

Volver a ti mi querida patria, lugar amable y poco conocido. Sus gentes de pánicos opacos. Sus miedos de perchas inconsolables a la luz de una luna que martirizaron tus viejos poetas. Patria inconsolable. Amo tus perfiles azules, marrones y verdes; sus páramos donde cernudas y águilas pasearon su mirada con ojos de nostalgia y hambre. Patria, saber de tus cosas me consuela de este deambular loco, sin norte, aunque en tu sur duerma la luz de mis pupilas cansadas. Te busco, y espero no encontrarte jamás. Te busco patria, con la paciencia infinita de aquel hombre, que bajo un almendro eligió una flor al azar y esperó a que madurara en dulce almendra.