Estos ochenta y tres seguidores que tengo qué buscarán a quién de mí persiguen del que no soy consciente. Tener un yo de mí que ellos siguen me produce inquietud, ya me gustaría conocer, ¡¡cómo no!! a ese que no conozco y que también está en mí. ¡¡Caray!! sería un placer estrecharle el abrazo al que no existe en mí. O sí. Meter mi brazo abierto en su mano cerrada. Se proyecta para crear. Caray!! enfrentarse a un espejo con síndrome de Zelig.