miércoles, 9 de julio de 2014

Cotidianidad (Domingo por la mañana)

Ahora todo es más normal
de lo necesario.
Tú tienes un espejo para ti
y yo un armario repleto de ropas
viejas y usadas, nuevas y sin estrenar.
Vivimos rodeados de imágenes que salen de los muebles,
puertas desvencijadas,
cajones descolados,
y nos vamos transformando en lo que somos.

Sumamos contrariedades
a todo lo que ya fuimos,
y pensamos en escapar
mirando nuestras manos y nuestros pies,
tocando el suelo y las paredes
sin movernos del sitio,
sin mirar a otro lado,
y un halo de nieblas
rodea nuestros cuerpos inmóviles,
a ratos invisibles
y que el tiempo fue dejando inertes.

Ahora todo es más normal
e innecesario.

Efímero

Fue aquella manera de adaptarse a lo efímero

-relación social, cultura, amor, política,
obras hidráulicas o viajes por el cielo,
unas huertas junto al río-
lo que hoy nos ha convertido en seres eventuales.

Aquella pléyade de sedientos
que cruzaron los viejos arenales
traían una sed de olorosas maderas,
pulsos perfumados,
un bosque talado de recuerdos,
un asilvestrado can,
su frontera de orín,
y mi corbata de reo.

Demasiado tristes, o demasiados solos.
Año 2014. Repítanlo con letras:
dos mil catorce,
y piensen si les duele el número
que no asumieron o la frente
con la que no pensaron.