Tú. Ella. O sea, Pepa.
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azul como el agua de un mar antiguo.
-Glòria Cruz-
Tú pones nombres a las cosas
que en tu vida y en la mía aparecen
distintas o difíciles
o también fáciles y sencillas
como una caricia
o el rito vertebrado
de una costumbre.
Y dejas citas de tu carne
en las sábanas derramadas,
en la marca de una arruga,
en el molde templado que olvida tu cuerpo
cuando te alejas
para que yo pueda leer en la tela azul
donde tu ausencia descansa.
Tú pones versos a la lluvia
cuando paseas cerca del agua.
Y trazas en el papel del bosque
los nombres de los caminos
que yo perseguiré
buscando un signo
que sepa decirme
que no me equivoqué,
que acerté en las tildes que saben pronunciarte.
Todos los lugares se quiebran de felicidad
y mis pasos recobran la memoria
de antiguas pisadas
para seguir teniendo nombre
en su origen de eternas biografías.
Hoy llovió atentamente sobre nosotros,
una lluvia templada que me hizo feliz.
Y te abracé.