Tengo que cortarme el pelo,
comprarme unos pantalones vaqueros,
adelgazar diez quilos,
sufrir una transformación semejante a la del vampiro,
remar contra corriente para ascender alegres cuestas,
poner un huevo.
Tengo que domar mis instintos,
subir al cielo en ascensor,
robar un sueño para ese hombre que lleva corbata,
consolar a esa niña con tristeza de cristal,
pasarme un rato por casa de un amigo
que me invita a llorar.
Bajar a las canteras a rezar a una piedra.
2 comentarios:
Simplemente, que he empatizado con este poema. Gracias por compartirlo.
Esteban, sin más. Celebro con moderación que empatices con este poema. Como empatizar tiene algo de cohesión social, tal vez sería posible (¿sería posible?) hacer alguna pequeña revolución: que traducido al castuo, vendría ha decir, de ti y de mí: “Porque semos asina semos pardos del coló de la tierra...”
Un beso.
Publicar un comentario