Aquí brotan alas,
de pronto se abren pétalos, allí nevadas soluciones. En medio de la noche la voz de un hombre que llama, la lechuza se defiende con su llanto: un gemido viscoso deslizándose. Reposar en tu vientre tiene el sabor de flores amarillas cortadas bajo la fría escarcha del invierno.
Llevo años soñando con un paisaje distinto. En mis manos los nidos cobran vida se vuelven hormigas y semillas. Sigo los pasos de naves distintas, algunas varadas en arenas rojas. Aunque viva perdido en el laberinto escondo alimentos variados, sustento, los víveres precisos para seguir
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