Fidelidad
Huyen las alondras y el espejo se quiebra como un René Magritte. He abrazado a mujeres blancas que ya estaban muertas. No resucita el aire al ser respirado. Mujer no mires dentro de mi ojo no hay nadie dentro que vigile: este amor que te tengo es un ciego prisionero. |
2 comentarios:
He abrazado a mujeres blancas que ya estaban muertas... QUE BUENO!!! Saludos
Sí. Qué bueno. Pregúntale a Magritte. A los ojos cerrados. A la carne tibia. A lo que nunca tenemos. Al deseo. Al poeta.
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