Me despierto emprendedor. Pienso
en los emprendedores, esos seres que emprenden cosas. O empresas. Sobre todo si
estas vienen cargadas de incertidumbre. Buscarse la vida es embarcarse en una
buena empresa. Así que saludo a los filósofos, a los usurpadores, a los
intrigantes, a los farsantes y a los mangantes. Y al parado que no quiere
encontrar empleo. Y a aquel poeta que no quiso publicar un verso nunca, para no
ser el circo que tanto nos cansa. Salud por tanto.
Siempre fui un emprendedor.
Emprendía cosas una y otra vez. Emprendí poemas. Algunas veces atacado de una
dislexia extraña, la palabra "emprender" me quemaba entre los dedos y
perdiendo las dos primeras letras, labraba mi piel, abría surcos en ella, e
iba prendiendo entre mis manos brotes de letras frescas. Así fue como le di
sentido a la llama. Organicé varias hogueras con ellas. Fui un emprendedor que
corrí el camino en sentido inverso. Una luz me precedía.
Un día bajo un almendro encontré
a un anciano cubierto de harapos, que abría las almendras sujetándolas entre
los dedos pulgar e índice y una ligera presión de ambas yemas. Pregunté el
truco y me respondió: “Fíjate bien hijo, soy ciego”.
Mientras, afanados emprendedores
corrían por amplias autopistas, en dirección contraria a la mía, dejando atrás
los caminos polvorientos. Forjaban lentamente en la fragua del tiempo un gran
proyecto, que con los años y leyes favorables al espectáculo o al espéculo,
daría sentido, razón de ser, a un reino de hombres llamados videntes.
El horizonte al cubrirse de
niebla y arena del desierto, se encargó de borrar para siempre un viejo camino
polvoriento seguido por poetas disléxicos, que confundieron la purificación del
fuego con la luz de un anciano ciego. En aquel camino de zarzas, cabras y
lagartos jamás hubo almendro alguno.
4 comentarios:
...esos hombres llamados videntes, qué pobres, qué miserables...
Gran texto, poeta disléxico.
Y besos.
Gracias Soco.
Andaba yo con el "Sermon de ser y no ser" de García Calvo entre mis manos, y de él entresaco:
"...pues de mí te digo que por eso solo, y no por lo que fueran ellas, he amado a las palabras largamente,
...................
...y no era por lo que eran o decían, sino justo por lo que ni eran ni decían..."
Un beso, también para ti, Soco.
Este reino de hombres videntes nos ha dado mucho por el espéculo.
Es curioso que hoy la palabra "Emprendedor" se reduzca solamente a la palabra "Empresa" y "Economía"... Dinero, dinero! -que diría los Barón Rojo- el D10$ de los emprendedores, el Becerro de oro que los ciega con su brillo. Es curioso que el Premio Emprendedores XXI" lo patrocine una CAIXA... Pues que les den por el tafanario!!
Un beso para el poeta disléxico y esta canción de Vetusta Morla:
Tal vez, lo que te hace grande ..
no entienda de cómo y por qué.
Tal vez, lo insignificante ..
se ha visto en un barco de nuez.
Tal vez, lo que te hace grande ..
no sea difícil de ver.
Tal vez, cada guiño esconda ..
la llave que intentas tener.
Y en el vaivén de planes sin marcar ..
cae sobre ti la bomba universal;
no hay colisión, ni ley, ni gravedad
que te pueda hacer caer .. aunque tiren a dar.
http://www.youtube.com/watch?v=MOaLUGDG4jw
Contra la cosa espécula, un ciego abriendo almendras. Y también canciones. Poesía. NOSOTROS.
No está mal esa letra de Vetusta Morla. Mola. También la palabra tafanario, en vías de extinción. Como el capitalismo. Que perdure la belleza.
Besos, Shandy.
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