Volver a ti mi querida patria, lugar amable y poco conocido. Sus gentes de pánicos opacos. Sus miedos de perchas inconsolables a la luz de una luna que martirizaron tus viejos poetas. Patria inconsolable. Amo tus perfiles azules, marrones y verdes; sus páramos donde cernudas y águilas pasearon su mirada con ojos de nostalgia y hambre. Patria, saber de tus cosas me consuela de este deambular loco, sin norte, aunque en tu sur duerma la luz de mis pupilas cansadas. Te busco, y espero no encontrarte jamás. Te busco patria, con la paciencia infinita de aquel hombre, que bajo un almendro eligió una flor al azar y esperó a que madurara en dulce almendra.
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