A veces si inodoro acudo a la noche
borracho y algo incierto
te vomito en el hombro
el estomago ardiente
rezuma humedad
molécula salina
oriflamas renuncias
aquel sapo gigante
que quiso ser guirnalda
ofuscado de siempres
de nuevos y de nadas.
Y sin quedarme tan pancho
te agradezco que beses esta locura tibia
que habita aquí en mi frente
melancólico enfermo
salvaje y sin molares
Olegario desnudo Serafín tal vez
de rodillas y hambriento
mientras pasa la tormenta
e inapetente mastico
violetas amarillas
traídas por el viento.
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