No merece la pena hacer maletas
que luego pueden hallarse en cualquier lugar
paradas en un anden o tiradas en un escaparate
al mejor postor que precise un precio
para iniciar un adios
para iniciar un adios
olvidadas en la consigna de una estación
en algún puerto camino de la mar
o en aquella terminal aérea esperando volar
en la panza preñada de un boeing.
Es preferible el hatillo zurrón morral barjuleta
poca cosa cabe en ellos la huida siempre es frágil
y difícil como la vida
la vuelta como de la muerte no se produce jamás
No hay comentarios:
Publicar un comentario