Son verdades como ésta las que redimen al ser humano de las ruinas que que por otros lados va dejando. Si no fuera por ellas el futuro del hombre estaría abocado al más negro apocalipsis. Son estas "pequeñas" cosas las que convierten al hombre en un ser sagrado aunque el hombre lobo para el hombre siga campeando a sus anchas. La mentira, la vacuidad, el cinismo, el sentimentalismo, en definitiva la falta de profundidad provocan la perversión en lo más bello que el hombre es capz de construir, es decir, su propio lenguaje, su más valioso don, ése por el que dejamos de ser entes exentos flotando en el vacío interestelar para llegar a encontrarnos en el otro, ése por el que la verdad se hace inmanente a través del poderoso don de la creación artística, a través del Acto Poético. te dejo esta entrada de hace poco en mi blog, como regalo: http://sofiaserragiraldez.blogspot.com/2011/03/de-profundis-xiv-oscar-wilde.html Míralo, por favor, es de hace muy poco. No hace falta levantar los adoquines para encontrar la yerba. Ella se abre paso a través de la sombra fiel del que posee la humildad de saber retratarse en una sombra: éste es el don de la sabiduría. Lo otro sólo falsos trucos que la misma mentira etiqueta como verdades. No debemos dejarnos engañar por sus armas. La bestia las posee muy poderosas, pero ante la verdad de una rosa roja, las azules quedan por lo que son: flor de cementariales plásticos. por eso nunca mueren, pero por ello mismo también, nunca viven. Les está vedado el sagrado don. Gracias por haberlo dejado aquí, Tomás. Devuelves la alegría a estos días. Un beso sin color preciso, para que pueda adoptar los tonos que el pájaro elija. Buenos días.
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Son verdades como ésta las que redimen al ser humano de las ruinas que que por otros lados va dejando. Si no fuera por ellas el futuro del hombre estaría abocado al más negro apocalipsis. Son estas "pequeñas" cosas las que convierten al hombre en un ser sagrado aunque el hombre lobo para el hombre siga campeando a sus anchas. La mentira, la vacuidad, el cinismo, el sentimentalismo, en definitiva la falta de profundidad provocan la perversión en lo más bello que el hombre es capz de construir, es decir, su propio lenguaje, su más valioso don, ése por el que dejamos de ser entes exentos flotando en el vacío interestelar para llegar a encontrarnos en el otro, ése por el que la verdad se hace inmanente a través del poderoso don de la creación artística, a través del Acto Poético.
te dejo esta entrada de hace poco en mi blog, como regalo: http://sofiaserragiraldez.blogspot.com/2011/03/de-profundis-xiv-oscar-wilde.html
Míralo, por favor, es de hace muy poco.
No hace falta levantar los adoquines para encontrar la yerba. Ella se abre paso a través de la sombra fiel del que posee la humildad de saber retratarse en una sombra: éste es el don de la sabiduría. Lo otro sólo falsos trucos que la misma mentira etiqueta como verdades. No debemos dejarnos engañar por sus armas. La bestia las posee muy poderosas, pero ante la verdad de una rosa roja, las azules quedan por lo que son: flor de cementariales plásticos. por eso nunca mueren, pero por ello mismo también, nunca viven. Les está vedado el sagrado don.
Gracias por haberlo dejado aquí, Tomás. Devuelves la alegría a estos días.
Un beso sin color preciso, para que pueda adoptar los tonos que el pájaro elija.
Buenos días.
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