Bala de goma (pelota la llaman para quitarle gravedad al tiro) recogida por este que sufre la vida como si fuera un vidón. Con uve de vida. Que no un suvidón. Y esta ya no sé si va con uve. Con uve de victoria o con uve de vendetta, esta bala de goma, que mató a alguno-a en la transición que nunca supo contar la Prego, ni el PCE, seamos claro; fue recogida, repito, por este poeta a domicilio, delante o al lado de la prisión de Carabanchel, hoy ruina poética, campo de amapolas, memoria histórica, si es que la memoria sabe de qué está hablando.
Fuimos hasta esa cárcel, en una pantomima a la que acudimos algunos para que soltaran a Don Santiago Carrillo, detenido con peluca para poder soltarlo con peluquín. Todo era peluquín, amiga Prego, en la transición. Así transitamos hoy. De una manera tan extraña que ni los indignados saben de qué estoy hablando.
Desde entonces tiene Don, el Sr. Santiago. Maldita sea la vida si la vida es la vida. O el vidón.
Ahora la pelota, adorna una estantería de yeso, sobre pedestal de pvc capturado en la playa, y proveniente de una red de pescador que arrojó sus sueños a la mar.Qué bonito es el tiempo que no existe, y perdona al que sí. Al que está. Ese tiempo pendiente de que te descuides, para marcar las horas, los días, los meses. Tiempo. Pregúntenle ustedes la hora a los gorriones. O a mí.
3 comentarios:
Tomás se nota que somos de los más viejos por aquí y hemos vivido cosas muy fuertes y graves, y hemos conocido gente que ha muerto por esas balas y por otras. Un beso y un abrazo. La revolución debe ser permanente o no sirve de nada.
Amiga, la edad es lo de menos. Se trata de que hoy hay elecciones en este país. Y se trata de que nuestra historia, la nuestra, no la de ellos, ha sido tergiversada, contada al revés. Y de que si aquellas derrotas no se entienden, es imposible entender las de hoy. Y por si todavía no sabes de qué derrota hablo, hablo de LA TRAICIÓN DEL PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA. Esa es una de nuestras derrotas: los traidores. Nos tomaron el pelo durante la Républica y nos volvieron a tomar el pelo (el peluquín) durante la famosa Transición.
Besos.
Totalmente de acuerdo Tomás. Eso no se debe olvidar. Un beso.
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