Yo habitaré después de ti y lo harás tú también sobre la huella que dejara abierta un reptil, un simio, esa hembra de león. Seré un hombre en una plaza expuesto a las inclemencias del clima, a este ozono firme y frío. Erguido como una roca que soporta el viento azul del norte, la lluvia gris del sur. Los paseantes verán en mí el bronce de la futura estatua, las afiladas garras de la basílisca arpía, la viperina boca de la mítica gárgola. Un estático sueño de granito, una columna de mármol pentélico. Más cerca de ti que nunca, lejano yo, en la llanura de Ática.
Song song for Ireland: Mary Black
6 comentarios:
Precioso. Un beso.
Otro para ti, Loli.
Tomás, es difícil censarte como habitante común.
Pentélico: a tomar por saco el de Carrara. Tú di que si, que p'a marmóreo tu cuerpo poético. Es que hoy estoy cachonda como comentarista. Una no puede relegarse siempre al rictus poético.
Ya te veo, ya te leo.
Yo Acrópolis, tú cachonda. Espero que no sólo como comentarista.
No hay divisiones anímicas en lo poético, es una actitud un estar. Y además no depende de la voluntad.
Sobre la voluntad Vallejo dijo ésto:
«En el poeta socialista, el poema no es, pues, un trance espectacular, provocado a voluntad y al servicio preconcebido de un credo o propaganda política, sino que es una función natural y simplemente humana de la sensibilidad»
¿Te hace?
Claro, es mi poeta. Lo sabes.
Y yo soy, como su mujer Georgette, socialista, rama "troska".
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