Tempero, el poema habla del imperdible. Sin él no tiene sentido nada de esa foto. Nada. Ni lo que emana, lo que tras el sujetador se esconde. Cierto que el imperdible sujeta como un sujetador. Dado que nos quedamos sujetos por cosas tan livianas como un imperdible, ¿de qué sujetador hablamos? Su transcendencia.
Sujetar como sea, y esperar que el imperdible, que dice no perderse nunca, se pierda.
Tu definición del verbo emanar, con esas afluencias, me ha encantado.
El imperdible no dice no perderse él nunca, el imperdible no dice nada, somos nosotros lo que conseguimos a través del imperdible que lo que sea no se pierda. En realidad es un objeto mal nombrado, porque proviene de una potencialidad de un verbo, y lo convertimos en sustantivo, cuando en realidad su origen es adjetival. Lo que tiene en la boca la modelo es una horquilla para el pelo, por cierto... La fotografía, preciosa. Los versos, más.
O lo que es lo mismo, todo se pierde. Me encanta la construcción del poema, cómo ese "sujetar con él/algo con quién" no se termina de asir con la mente pero se agarra perfecto al sentimiento. La derrota ronda siempre por aquí, y la belleza. Esa que al menos podemos aspirar a sostener o propiciar con nuestras manos. Hasta que se pierda...Un abrazo.
Gracias Tomás. Mi ausencia se debe a que he estado muy ocupado (trabajo, oposiciones), nada que ver con "Crítica Feroz". Me ha gustado participar y creo que era una buena iniciativa, pero ha habido para mi gusto mucha desmesura, mucho ego también, difícil, difícil...Feo final ha tenido por lo poco que he podido leer. Echaré más de menos ese posible encuentro entre todos que la vorágine en que se convirtió el blog. En fin...nos leemos. Un abrazo.
11 comentarios:
Imperdible sujeta personas, o personas imperdibles. No está mal. Besito.
Hablará esta entrada del imperdible.
Yo me quedo con la belleza del sujetador y de lo que, tras de él, emana.
Emanar es un gran verbo, un verbo con afluencia.
Si, no andas mal encaminada, Loli.
Un beso.
Tempero, el poema habla del imperdible.
Sin él no tiene sentido nada de esa foto. Nada. Ni lo que emana, lo que tras el sujetador se esconde.
Cierto que el imperdible sujeta como un sujetador. Dado que nos quedamos sujetos por cosas tan livianas como un imperdible, ¿de qué sujetador hablamos? Su transcendencia.
Sujetar como sea, y esperar que el imperdible, que dice no perderse nunca, se pierda.
Tu definición del verbo emanar, con esas afluencias, me ha encantado.
Saludos.
El imperdible no dice no perderse él nunca, el imperdible no dice nada, somos nosotros lo que conseguimos a través del imperdible que lo que sea no se pierda.
En realidad es un objeto mal nombrado, porque proviene de una potencialidad de un verbo, y lo convertimos en sustantivo, cuando en realidad su origen es adjetival.
Lo que tiene en la boca la modelo es una horquilla para el pelo, por cierto...
La fotografía, preciosa.
Los versos, más.
Gracias por tus sabias palabras, Sofía.
Tomás, la sabiduría es de la Poesía que me la dio para que la dejara escrita hace algunos años...esa palabra.
Un beso
O lo que es lo mismo, todo se pierde. Me encanta la construcción del poema, cómo ese "sujetar con él/algo con quién" no se termina de asir con la mente pero se agarra perfecto al sentimiento. La derrota ronda siempre por aquí, y la belleza. Esa que al menos podemos aspirar a sostener o propiciar con nuestras manos. Hasta que se pierda...Un abrazo.
"...no se termina de asir con la mente pero se agarra perfecto al sentimiento."
Amigo José, mi admiración por esa percepción tan acertada. Hasta que se pierda, hasta que se pierda..
Por cierto no sabía de ti en tu blog y pensé que te había dejado tocado "Critica Feroz".
Un abrazo.
Gracias Tomás. Mi ausencia se debe a que he estado muy ocupado (trabajo, oposiciones), nada que ver con "Crítica Feroz". Me ha gustado participar y creo que era una buena iniciativa, pero ha habido para mi gusto mucha desmesura, mucho ego también, difícil, difícil...Feo final ha tenido por lo poco que he podido leer. Echaré más de menos ese posible encuentro entre todos que la vorágine en que se convirtió el blog. En fin...nos leemos. Un abrazo.
Una pena José, que la experiencia se fuera al garete.
Nunca los poetas supieron menos.
Me alegro de que te encuentres bien.
Un abrazo.
Publicar un comentario