Y esgrimiendo el arma me dijo: “¡La sombra o la vida!” Mas yo, que generalmente presto poca atención a los protocolos y a los usos antiguos, me oí responderle: “La sombra es mía, llévese la vida”. Y desde entonces ando pegado a las paredes.
-Rafael Pérez Estrada-
4 comentarios:
Rafael. Le admiro mucho. Tiene un mundo muy bello que contagia bondad.
Un saludo.
Un gran poeta que murió cuando no debía, a pesar de las deudas que el mundo tenía con él. Así de "justas" son las cosas de la vida.
Un saludo, Victor.
De acuerdo contigo, Tomás. Era un gran poeta y no se le reconoció´, más que en círculos muy pequeños.
Otra injusticia, que se queda en poco al lado de lo que hay.
Besos, siempre, pese a todo.
Besos siempre, Isolda. Pese a todo.
Es difícil ser reconocido casi siempre. Sobre todo si el reconocimiento está supeditado a los caprichos del mercado.
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