sábado, 22 de septiembre de 2012

El silencio más blanco de la noche

Ya finalizo este libro perfectamente lascivo

hecho con trueques y revoques

repleto y fascinante

que empecé un día que ya no estaba tierno

un día que no tiene memoria

en el recuerdo fatigado de la noche

en las sombras histéricas donde la vida

y la historia se degüellan.

Recuerdo sin amargura lívido o gris

casi sin dolor de muelas

casi sin muleta coja

los nombres de ellas y de ellos.

Nunca fueron importantes los atajos

que recorrimos juntos. Y todos nos fuimos

haciendo locuras o buscando algún remedio

al silencio más blanco de la noche.


4 comentarios:

Shandy dijo...

El silencio más blanco de la noche es un silencio tan puro que casi duele. "Y todos nos fuimos haciendo locuras o buscando algún remedio"... con la rebeldía de ese caballo encabritado que se alza ante el abismo, entre el cielo y el suelo.

Besos



Tomás Rivero dijo...

Tiempo que no te veía por estos folios, Shandy. Besitos.

Algunos nos fuimos como viejos caballos, con las crines recortadas y un caminar lento y cansino de orejas agachadas. Otros aún de vez en cuando bufamos, nos encabritamos. Creemos que en nuestros cascos aún quedan "las tierras de España, en las herraduras", que dijo Alberti.

Besos, siempre besos.

Anónimo dijo...

Que buen poeta eres, como sabes juntar mentiras....no me creo que no estuvieras tierno....

Besos, pescaíto!

TOMÁS RIVERO dijo...

Uno nunca está lo suficientemente tierno.

Besos, pescaíta.