El blues de las doce se hace cubano.
Manda “güevos”.
Manda revolución. Manda un saludo. Viva Fidel que está
malito y
no le gusta el blues, seguro. Aunque el blues
sea africano y nunca yankee. Yankee go home. Ojalá los
músicos gobernaran la isla. O el blues. O este jodido planeta.
2 comentarios:
Buenavista Club social y Compay vale para cualquier hora. No me gusta el yanki cantando por medio. Eso sí, suena fantástica esa armónica.
Delicioso.Vámonos para Marialí.
Besos, Tomás a las doce pasadas.
El tipo de la armónica es el mismo que canta. Y es una licencia que puede permitirse el maestro Charlie Musselwhite.
Besos, a la hora del insomnio.
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