y desde allí orientas luna tu furor de metal,
los insuficientes besos que nunca
quieren darte.
Inactiva se activa la palabra en tu
lengua
de ella parte un tren cargado de
palabras
que laxa pronuncias contra el lodo
ancestral.
Tu labio leporino abierto a la
maldad
oquedad entre dientes cuando el
lirio blanco
fue puesto sobre tu carne fogosa y
gélida.
Cercana ya la tumba una carta
escribiste
con espinas celestes y perfume de
rosas
contra el húmero negro que invadió
tu tintero.
La muerte tiene aroma de cieno y
miel
sabor a un beso dulce que no te dio
nadie.
(Si te mira la luna debes
abandonarte)
4 comentarios:
La Luna tiene doce caras, en esta poesía la Luna debe ser Escorpión, es una de sus caras, la de la muerte. Besos.
Iba a cerrar la ventana, estúpido de mí. Pero la abro de par en par, y me abandono.
Abrazos
Infórmame, Lola, pues yo pensaba que la luna tenía tan sólo dos. Visto el poema desde la doce cara, es otro poema.
Besos.
Está difícil ver la luna últimamente con tanta nube. Hay que abandonarse ha su contemplación, dejar la ventana abierta. Por si viene un selenita.
Saludos, Amando.
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