Vente conmigo al sur,
pondré albahaca para ti
en los rectángulos azules
de la cal,
en los quicios sin alma
de las ventanas.
Vente conmigo al sur,
tengo naranjos en el paladar,
jazmín húmedo en los dedos
y clavelinas de mar
cosidas con hilos de luz
entre las escandalosas manos.
Vente conmigo al sur,
quiero mirar cómo te alejas
entre dunas de arena
y por un instante me abandonas.
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