No soy
bastante porque soy menudo
a veces quebrado y
tantas otras quiebro
un león de
dientes blandos
sometido a una
escapula de cadenas
y pan de centeno.
A veces la uva
pasa
merodea en mi
pupila.
Y merodeo
claro que merodeo
de claro en claro
invento
los bosques y sus
sombras
voy
en pos de un agua
venial
de trojes y manantiales
sujetos por la
viga de aguas limpias
que traídas por
el cauce sensual de las corrientes
va y a medio
tramo
me dice
pon en las mandibulas de la noche
un aullido tenaz
de hombre solo
de un hombre solo
al que rodearon
pocos
con sus costumbres de vicios
que santificó el hábito
de andar pelete
y torvo
como un jilguero
en la manada de
las jaulas
donde suele
acordonar el
hombre
su libertad.
Hay pozos de
avena
para que el hambre
incline
su boca de hambre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario