Tomé de tus trotes reuniendo cosas
algunas prendas
ibas diciéndome
sentía la peculiar pena
que los hombres sienten
me sacrifiqué en diques de agua
fui haciéndome paladar y boca de madera
miré a los otros que andaban ciegos
recorriendo la tierra y el cielo
y tomé tus manos
ensamblando ejes como dedos
fuime a pique
resido como un poso
en simas sordas
pero aún conservo la tímida
biografía de una hierba.
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