Con este cuerpo mío que se aleja
también soy capaz de amarte
rodearme de ti
dar nudo a nuestras vidas
poner a disposición de sus formas
las clavijas que afinan nuestros besos
mortales porque fueron gestados
para sonar en ti en mí
durante las otras noches.
Tus labios lo pronuncian y el cuerpo lo canta
más allá de nosotros existe el perdón
arriba en las alturas agoniza el átomo
que la lengua elevó hasta andamios
de piedra.
Se agitan las cometas
cartulinas fugaces estrellas de papel
plata de los ríos
todos menos uno vienen a dar a la mar
este que queda solo se pierde en la distancia
hace de esta un lírico horizonte
y en el mar una lluvia de azúcar atrae
a una danza boba y dulce a las anémonas
incitándolas a bailar se enamoran
imitando el monocorde vuelo de las abejas.
También ellas liban en la piel del mar
se alimentan del panal de nuca y ola
que encuentran en los cajones sordos y profundos
de las oceánicas alcobas nupciales.
Me abracé a ti como una cicatriz
abraza el paraíso
y el recuerdo dice que la tierra
sobre la que te ame huele a sexo
y a manzanas
a noches de sedas frías
atándonos.
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