Soltera núbil o viuda esculpida,
pieza de mi deseo,
esa mirada tuya anduvo todo el día
minando mi sentido,
y dudoso, tambaleante,
peonza pendular y sin razón
yazgo en lipotimias.
Soltera núbil
o viuda
separada de mí por un presagio
de culturas que anduvieron farragosas
mirando si al amarnos
éramos de sangre y piel,
si había en nuestros zumos
algo de sacrificio humano,
si podía ser fiable o domesticado
mi semen de poeta
invadiendo tu útero azul
de minuciosos estambres
lánguidos.
Separado de ti
ahora abundo en el abismo
y en el abismo sólo soy un cuerpo
codiciado o maldecido
por los miembros de tu tribu,
enaltecida
por estos versos solitarios.
4 comentarios:
Qué decir, Tomás. Leer y volver a leer, es lo único que se puede hacer ante una maravilla.
Beso doble.
Un beso doble también para ti.
Gracias, Paloma.
Efectivamente, leerlo y disfrutarlo es lo mejor que se puede hacer con este poema. Ah, y darte la enhorabuena por escribirlo, Tomás.
Un abrazo.
Pues muchísimas gracias Ramón, por tu comentario.
Un fuerte abrazo.
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