jueves, 27 de septiembre de 2012

Lección cuatro

Hoy entró en el  despacho de trabajo la señora de la limpieza a pedirme las tijeras. Al cabo de un rato me las devolvió diciéndome que se había cortado con ellas. Desinféctese la herida que esta tijera tiene el filo envenenado de tanto cortar papel, le dije. Sobre todo si está escrito, me respondió.


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