Y anida o nace un águila
en la boca secreta de tu sexo
-José Ángel Valente-
Los exentos de ti de mí o de otros
los excusados de tantos
recalan en la memoria de los pájaros
y desde sus pequeños corazones
agitan su miedo levantando un ala de niebla
en el rudimentario rostro de la ciudad.
Tal vez sean los huidos,
los de nadie. Los excluidos.
Soy un poeta ignorado que lo único
que quiero saber es que existo para saber
porque existir para saber me hace
inservible monótono innecesario
una mota de polvo en la oscuridad salvaje
de la urbe
que comprende el uso infinito del fin.
El día y la noche fueron remplazados
por un silencio prolongado y líquido
el corazón del pájaro susurro
fue sustituyendo el ruido del viento
por un golpe sordo de alas desplegadas
alejándose de los hombres para siempre.
Desde el círculo polar se elevó un cero
que anidó en la boca secreta de tu sexo.
Y siempre se hizo pronto
para conocer el sabor azul de tus cosas.
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