A ti, que sabes decirme cuando
Yo miro la niebla,
el frío que envuelve
y abraza la niebla,
yo me emborracho de niebla,
naufrago en tu muslo izquierdo
y en tu muslo tránsito,
mojo mi lengua en una niebla
negra
de muslos abriéndose lentos
al alcance de una palabra
envuelta en gotas lentas de niebla.
Toco el rocío
y todo se va disipando.
¿Hay una luz en mí
o es tu voz?
2 comentarios:
Poeta, la respuesta no está en el viento, sino en el título que da luz al poema.
La niebla, dama misteriosa y también voluptuosa, oculta bajo su manto múltiples voces. Salen de lo más profundo de la tierra animal, de lo más íntimo, del muslo izquierdo o de la línea del ecuador. Creo también que bajo la voz del título y la del poeta se ocultan el misterio de la niebla de estos versos.
Querida Shandy. Dos voces. Dos que se preguntan. Él necesita una respuesta en la "niebla", se deja orientar por la voz de ella, que sabe decir cuando. Él entra en la niebla negra y duda de su luz como guía. Nunca la voz fue tan poderosa como en ese instante que disuelve la niebla con dos palabras: Ven ya. La primera la pronuncia él. La segunda ella.
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