jueves, 9 de enero de 2014

Cabinas telefónicas

En las cabinas telefónicas
hay misteriosas inscripciones dibujadas con lápiz de
     labios.
Son las últimas palabras de las dulces muchachas rubias
     que con el escote ensangrentado se refugian
     allí para morir.
-Pere Gimferrer-

En las tiendas de mi barrio se esconden
mujeres asustadas.
Con un temblor triste
huyen de maridos celosos y violentos;
compran leche, lejía, escobas,
pan y algunos libros
que luego leen a escondidas
aprendiendo a huir, a soñar que sueñan,
a no cejar en los intentos
y por fin,
aprendiendo a volar, escapan
dejando un rastro de amores amargos,
superada por fin la baba del miedo.

Subiendo por centros gravitatorios
en islas remotas se refugian,
crean grupos fuertemente armados
conociéndose o tocándose,
amando la huella virgen,
el punto cero de su carne.

En las tiendas de mi barrio
no quedan cabinas telefónicas
pero sí un eco de mujeres
llamándose en la noche.



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