Me acabo (¡al fin y al cabo!) de comprar hace cinco horas un par de armónicas.
¿Me hacían falta? No. ¿Tenía necesidad de mostrarme a mí mismo que aún puedo? Sí. ¿Me queda un blues aún por tocar? No. Pero en el intento está el éxito. ¿Acaso necesito reafirmarme o confirmarme? Sí. Repetirme en el intento. ¿Hasta cuando y para quién? Como escribir. Como follar. Y al fin y al cabo todo es músculo. Inténtelo. Inténtolo. Algunos músculos tienen sus raíces en el cerebro. En el de un blues. De un poema. De una caricia.
6 comentarios:
Feliz verano, Tomás and company. Disfrute a tope, poeta. Besos.
Y qué bien suena la armónica, tan subjetiva, tan personal...
Ahora tienes tres, no tienes el pretexto de que la has perdido.
larga vida a la armónica; larga vida al blues.
Gabon, poeta
Gracias Loli, que tengas un verano cálido, aunque parece que este verano no tiene muchas ganas de ejercer de tal.
Un beso, amiga.
Sí, durante unos cuantos días tuve la sensación de estar un poco "incompleto", así que el otro día me dije, tengo que proteger "mis azules" y en caso de posible pérdida, mejor que sobren que no que falten, y tiré la economía por la ventana: dos armónicas.
Larga vida al blues, Soco. Besos azules, poeta.
Afina, afina, que aún te quedan muchos azules por tocar. Tantos que vas a tener que completar la escala... Qué notas te faltan?
Besos en escala de azules (desde el ultramar hasta el turquesa)
Ya escalo, Shandy. Escalas de músicas y escalas echas de madera y agua. Escalo sin cesar escalas de amor y fuego. Todo arde con llamas azules: unblues. Juntito. Algunas notas me faltan, siempre busco un azul incompleto: azul lluvia, azul libertad.
Besos escalonados.
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