miércoles, 6 de agosto de 2014

La huella serena de mi mano

Poniendo lavadoras aprendía a quererte,
tendía tu recuerdo y la belleza húmeda
de tus telas,
esos tejidos de hilos que nos unen,
colgando tus blusas,
tu ropa interior,
aquellos vaqueros
que te sientan tan bien.

Y el sol lavaba con luz
un beso imborrable
en ese lugar intangible de felpas,
enjuagaba con vapor de sueños
la huella serena de mi mano
tocándote.


2 comentarios:

Shandy dijo...

Hilando fino. Urdimbre poética sutil y sensual. Buen comienzo y buen broche final.
Las prendas delicadas prefieren un lavado a mano que un lavado a máquina. Aunque también depende del programa que seleccione la mano, claro.

Besos

Tomás Rivero dijo...

"...la huella serena de mi mano tocándote", en esos versos se apoya el resto del poema. Y ahí transitamos. En cueros e intangibles, queriendo ser o sernos, mirando aviones de papel que cruzan el cielo, o barcos de cartón el horizonte del mar.

La mano siempre selecciona el programa que ellas -las prendas y su molde- demandan. Nada como una mano solícita y obsequiosa que sabe tocar el "programa" delicado y justo.

Besos, Shandy.