Poniendo lavadoras aprendía a quererte,
tendía tu recuerdo y la belleza húmeda
de tus telas,
esos tejidos de hilos que nos unen,
colgando tus blusas,
tu ropa interior,
aquellos vaqueros
que te sientan tan bien.
Y el sol lavaba con luz
un beso imborrable
en ese lugar intangible de felpas,
enjuagaba con vapor de sueños
la huella serena de mi mano
tocándote.
2 comentarios:
Hilando fino. Urdimbre poética sutil y sensual. Buen comienzo y buen broche final.
Las prendas delicadas prefieren un lavado a mano que un lavado a máquina. Aunque también depende del programa que seleccione la mano, claro.
Besos
"...la huella serena de mi mano tocándote", en esos versos se apoya el resto del poema. Y ahí transitamos. En cueros e intangibles, queriendo ser o sernos, mirando aviones de papel que cruzan el cielo, o barcos de cartón el horizonte del mar.
La mano siempre selecciona el programa que ellas -las prendas y su molde- demandan. Nada como una mano solícita y obsequiosa que sabe tocar el "programa" delicado y justo.
Besos, Shandy.
Publicar un comentario