sábado, 17 de octubre de 2015

Sed

Hice proselitismo: mis palabras
cubrieron la arena del desierto.
Mas allí todo era mudo.
Busqué las cuevas dónde nacían las aguas
y encontré a un hombre curtido por el sol
que plantaba semillas en su huerta.
Su manos de barro y madera.
Había comenzado la travesía
en busca de las fuentes.
Las arenas del desierto de inútiles dunas
iban navegando la noche
como una barca a la deriva
entre tormentas de arena.
Arriba la luna murmuraba un lento silencio
de hombres perdidos en la sed.

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