Huelo a J.P. Gaultier. Cara de patata
en decadente emulación de la que presumía
Miguel Hernández. Rojo desteñido.
Ahora bien,
sólo los tipos de mi edad acariciamos óleos
de Tanguy y fornicamos
con las notas de Vini Reilly.
Y fui tan ágil que derribé un régimen.
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