Buenos días España. Amarga y dulce verde y azul. Fría y tórrida. Luz templada como el filo azul de las navajas. Amigo gris y negro. Caen los días y todo es distancia y risa. Un pañuelo rojo olvidado en la playa. En algunas partes se muere con rabia y también con una tristeza infinita. Buenos días por nosotros. España. El norte añorado, el sur entre mis labios, y tú en ese horizonte como una fina línea separando el tacto dulce de las manos. Buenos días compañera transparente. Hermosa como un bosque de robles o castaños, de musgos inferiores, de helechos y humedad ligera. Que te llamas hermosa porque ambos lo queremos. Hermosa como yo, un soberbio lobo que habla con los hombres. O las fieras. Buenos días olvido. Cernuda. Y el beso crucificado de Vallejo.
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