Pájaro que cuando vuela
bajo sus alas guarda
el espectro blanco de la luz
como un recuerdo secreto,
como una pulsera de plata
guarda esa inscripción,
las fechas del vuelo,
huellas de infortunios
que fueron cosidas por el orfebre
con las arenas del aire.
Pájaro sin lengua de luna
pero con pluma de aguas
y en los ojos, brújulas como alfileres
señalando el comienzo y el fin
de todas las migraciones.
En el cielo una estrella fría
ha comenzado a quebrarse
y su brillo es una apagada huida.
Todo fue nombrado de manera fugaz,
finalizó el vuelo del pájaro
cuando el ocaso fue dejando
todas las ausencias numeradas,
como pérdidas infinitas de picos
en desbandada,
trazando en el cielo una ruta
de vuelos blancos y nieve sucia
licuándose al calor fermentado
de los estiércoles del hombre.
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