Cuando comencé a entender la mentira
ya había dejado de ser niño.
Hay un vencejo que construye un nido
con saliva transparente, casi de cristal,
pegado a rocas inalcanzables.
El hombre usa esos nidos como alimento,
mientras que yo descubría una tarde
que tu vientre era tan perfecto
que en él habían anidado los zorzales.
Y eras una verdad imprescindible.
Mas yo había dejado de ser hombre.
5 comentarios:
HERMOSO!!!
Muy bonito,y cuando se deja de ser hombre que se es?vuelves a ser niño? o flor? O vencejo?
Laiseca, gracias por tu contundente hermoso. Volveré a intentarlo.
Un beso.
Loli, pregúntale (para preguntar hay que leer) a Jaime Gil de Biedma, que no quería ser poeta, quería ser poema. Lee.
Te haré caso ,leeré y jamás haré preguntas a un poeta.Beso.
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