Ciudades sagradas pasadas a cuchillo,
el fuego de las nicotinas,
el alcohol de garrafas espurias,
las metrópolis troqueladas a puño,
por toneladas de hierro caminan
felinos en llamas,
escarba el toro sobre los escombros
tras cosechas perdidas,
un león acaricia al oso en su guarida,
desde el mar viene un viento cálido
una sal áspera;
huellas de panteras en la arena,
huellas de panteras en la arena,
los ciclos se repiten
señalan a épocas remotas
hacen áreas,
ciclópeas murallas, sus perímetros
dibujan círculos, pirámides
y sombras, laberintos,
infortunios de besos ya besados
donde viven labios como llaves
abriéndose puertas como bocas.
Cerrándose, un corazón plantea
que no quiere acabarse.
Y grita que ansía
otro mañana
de silenciosas pisadas de elefantes
sobre el asfalto negro de la noche.
7 comentarios:
Este es de los mejores que tienes. Un beso grande.
Hay vaticinios poéticos, y hay mucha vida muerta. Hay mucho desencanto. Hay demasiados poetas leyendo a poetas. Los poetas no gobiernan nada más que en la palabra y muchos ya ni eso. Qué poemas pueden incluir tanta ruina: el tuyo por ejemplo.
escarba el toro sobre los escombros
tras cosechas perdidas,
esos versos, Tomás, son sensacionales, demuestran la escasa lluvia sobre los humanos.
Gracias, Tomas, por esta transmisión tan sincera.
Claro, la crisis, no es "la crisis", es "las crisis". El cúmulo de ellas fraguándose en el tiempo. Y desde hace tiempo empezaron a desaparecer los poetas.
Cuando desaparezcan las abejas nos quedaran cuatro años para salir corriendo, según Albert Einstein.
Un fuerte abrazo, Tempero.
Rivero, Rivero, Rivero
ese paso de los elefantes (!)
Le dije que es un privilegio?
Un beso
Marcela, Marcela...me lo dijo.
Le dejo un beso.
?
¿Qué te interrogas, Qué es el saber?
Es el más breve de todos tus comentarios.
Exacto.
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