Curioso que ayer día de la poesía no hicieras ninguna. Los escaparates son apoéticos, y amorales, les da igual lo que les pongan, igual les ponen ropa interior como armas, como morcillas o chorizos, o maniquís desnudas. Besos.
En la Biblioteca donde trabajo el pomposo día de la poesía pasó sin pena y con tedio. Eso sí, el día que muera uno de esos poetas viejunos con muchos premios, le pondrán todos sus libros en el expositor y sacarán una reseña copiada de la Wikipedia. Claro que yo tampoco ayudo, ninguno de mis compañeros saben que escribo poesía. Lo llevo en secreto dentro de mi armario. Nadie lo entendería.
Un abrazo, Tomás, y feliz día de después de la poesía.
Amigo Eloy, en la biblioteca de Móstoles, el bibliotecario, Francisco Fernández, es escritor, poeta y lector. Además de un tipo peculiar que se permitía el lujo de aconsejar a los lectores, lo que debían de leer o no. Eso le costó más de un disgusto. Hablo en pasado ya que su mal estado de salud no le permite hoy, ejercer estas funciones.
Sal del armario. Tampoco tengo claro de que uno quiera ser entendido. Depende cómo y por quién.
Y que se joda la industria de la cultura.
Borré tu comentario. Estos de Blogger están haciendo experimentos con nuestro blogs, todos los días.
¿Para qué queréis un poeta vivo? ¡Matadlo Y celebradle las pompas! A. Pexegueiro
Mucho me temo que si los escaparates estuvieran llenos de poesía, los buenos poetas estarían igual de proscritos como lo están ahora. O se venderían al ripio fácil y a construir con recetas best-sseller poéticos. Para bien y para mal el malditismo de la poesía es un hecho.
Pero sí me gustaría que los escaparates de las librerías y las paredes olvidadas estuviesen llenas de buenos poemas, sin importar el autor.
La poesía es subversión y el poeta un subversivo. La poesía y los poetas son de los últimos bastiones de resistencia al capitalismo. Precisamente porque ni se compran ni se venden.
9 comentarios:
Curioso que ayer día de la poesía no hicieras ninguna. Los escaparates son apoéticos, y amorales, les da igual lo que les pongan, igual les ponen ropa interior como armas, como morcillas o chorizos, o maniquís desnudas. Besos.
Por la misma razón que en las ferias del libro no compro ni uno. aunque sean más baratos. Que se joda la industria. Y los escaparates.
Besitos, Loli.
En los escaparates, salvo rara avis, funciona la lectura de palé. Llega una carretilla elevadora y descarga un palé de libros, digo de ladrillos
Aberazos
Así es amigo. Así es.
En este país se venden libros a punta pala, digo ladrillos.
Aberazos.
En la Biblioteca donde trabajo el pomposo día de la poesía pasó sin pena y con tedio. Eso sí, el día que muera uno de esos poetas viejunos con muchos premios, le pondrán todos sus libros en el expositor y sacarán una reseña copiada de la Wikipedia.
Claro que yo tampoco ayudo, ninguno de mis compañeros saben que escribo poesía. Lo llevo en secreto dentro de mi armario. Nadie lo entendería.
Un abrazo, Tomás, y feliz día de después de la poesía.
No sé porqué se ha duplicado el comentario. Perdón. Bórralo si puedes y quieres.
Amigo Eloy, en la biblioteca de Móstoles, el bibliotecario, Francisco Fernández, es escritor, poeta y lector. Además de un tipo peculiar que se permitía el lujo de aconsejar a los lectores, lo que debían de leer o no. Eso le costó más de un disgusto. Hablo en pasado ya que su mal estado de salud no le permite hoy, ejercer estas funciones.
Sal del armario. Tampoco tengo claro de que uno quiera ser entendido. Depende cómo y por quién.
Y que se joda la industria de la cultura.
Borré tu comentario.
Estos de Blogger están haciendo experimentos con nuestro blogs, todos los días.
Un abrazo, Eloy.
¿Para qué queréis un poeta vivo?
¡Matadlo
Y celebradle las pompas!
A. Pexegueiro
Mucho me temo que si los escaparates estuvieran llenos de poesía, los buenos poetas estarían igual de proscritos como lo están ahora. O se venderían al ripio fácil y a construir con recetas best-sseller poéticos. Para bien y para mal el malditismo de la poesía es un hecho.
Pero sí me gustaría que los escaparates de las librerías y las paredes olvidadas estuviesen llenas de buenos poemas, sin importar el autor.
La poesía es subversión y el poeta un subversivo. La poesía y los poetas son de los últimos bastiones de resistencia al capitalismo. Precisamente porque ni se compran ni se venden.
A resistir, Poeta.
Beixos
Yo aprieto los dientes y sonrío a los imbéciles que bajan de los árboles, que dijo Parra. Soy un poeta al margen. A veces una anotación distraída.
Pedazo de mitin te ha salido más hermoso. No sabía yo de estás cualidades tuyas. Me has desarmado un poco el escaparate.
Te dejo beixos. Contra los escaparates, reflejos: se desmoronan solos.
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