Precioso caracol, son besos con forma de caracol, lo he puesto en el Nido pero Cesárea no me ha salido, lo siento. Tampoco me salió tu entrada anterior porque no se poner el color de fondo y no se veían las letras. Torpe que es una, me explicó una vez Sofía como se hacía pero no me aclaro. Caracoles, que diga besos.
Cierto que el precio es demasiado alto. La historia hace pensar. Refugiarse en la concha de uno puede ser peligroso. A veces los miedos de uno son los mismos del otro, pero no se atisban, sólo se ven los propios. Los sueños de ambos caracoles eran los mismos pero no supieron verlos, al refugiarse cada uno en el laberinto de sus sentimientos.
Después de tus palabras, he pensado que lo mejor es no tener concha. Se está más expuesto. Se es más vulnerable. Caracol todo viscosidad y babitas, entregado a la vida, en lugar de la protección de una laberíntica concha.
7 comentarios:
Que simpático el caracol, y preciosa la canción de tu querida Cesárea. Besos.
Es un caracol de barro, amasado con la miga de pan de un beso.
Besos, Loli.
Precioso caracol, son besos con forma de caracol, lo he puesto en el Nido pero Cesárea no me ha salido, lo siento. Tampoco me salió tu entrada anterior porque no se poner el color de fondo y no se veían las letras. Torpe que es una, me explicó una vez Sofía como se hacía pero no me aclaro. Caracoles, que diga besos.
"-¿Le gustan los caracoles?
-¿Qué?
-Los caracoles
-Sí. Bueno,no, en realidad no es para mí".
Rivero, te dejo una historia de libros, café y amor con "caracoles".
http://www.youtube.com/watch?v=PzsiFNQBXTM&feature=related
(Lindo ese caracol con cuernitos al sol. Se le ve feliz en su habitat, aunque impar).
Bueno, sí, no.
En realidad era para mí.
Por casualidad.
Muy buena esa historia de amor.
Creo que el precio, que paga, por no quitar el envoltorio de los libros que compra, es demasiado alto.
Está buscando. El caracol.
Cierto que el precio es demasiado alto. La historia hace pensar. Refugiarse en la concha de uno puede ser peligroso. A veces los miedos de uno son los mismos del otro, pero no se atisban, sólo se ven los propios.
Los sueños de ambos caracoles eran los mismos pero no supieron verlos, al refugiarse cada uno en el laberinto de sus sentimientos.
Después de tus palabras, he pensado que lo mejor es no tener concha. Se está más expuesto. Se es más vulnerable. Caracol todo viscosidad y babitas, entregado a la vida, en lugar de la protección de una laberíntica concha.
Besos, Shandy.
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