Paseo bajo la importancia frontal de los tilos
y entiendo que la lluvia y las rosas
o el armazón del tiempo
el aire perfumado de saúco
que los ocres y las piedras o el granito.
Paseo que si voy o vengo
o siempre soy itinerario
si pienso que te encuentro
aunque a veces retrocedo para ver
tu perspectiva de animal desnudo
y lloro mientras vivo en tus nalgas
a centímetro cuadrado el beso de tu carne
me deshago.
Y que el desliz de las ingles
o los huecos azules del sobaco
y que tu cuerpo se me acaba acariciado
comenzando entonces a ser otro paisaje
que se muestra distinto
si me abres los brazos y los labios
y rezo ante tu cuerpo de María
o busco en tu mirada
las alas protectoras de un ángel
tiernamente aventajado.
6 comentarios:
Tan sugerente y tan tierno, Tomás.
Ahora, que el verano...
Me gusta leerte, saber de ti, siempre tan poeta.
Besos, de esos. * Soco
Es un poema precioso. Soco lo ha dicho: escribas lo que escribas ¡tan poeta! Me parece una definición espléndida para ti.
Besos perfumados del saúco.
No hay nada más poético que escribir de sexo, y particularmente del momento desnudo del desvirgue
Gracias por tus palabras, Soco, y por compartir ternura... ahora que el verano.
Gracias por leerme.
Besos.
Isolda, cuesta trabajo ser poeta. Pero tiene algo bueno: nunca estamos en el paro. Y los versos son gratis. Vivimos del aire.
Besos.
Damián Aguirre, ¿de qué desvirgue desnudo me hablas? No entendí.
Un saludo.
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