Cuando apenas si quedan apéndices del hombre,
cuando mi carne es arruga
y ya no recuerdo quién fui.
Cuando un gesto una mano o una bandera
son historias de tiempos que siempre fueron mejores
a pesar de no serlo, a pesar de la nostalgia
que siento cuando pienso,
y perdonen asonancias o colores con eco.
Cuando me pudro de meses, eso que llaman años
y sé, porque lo sé, que esto ya no es lo que era,
me pregunto qué hago en la sombras
si me alimento de sueños,
me pregunto qué hago en la sombras
si me alimento de sueños,
o sonrío rumiando: soy un gran fingidor.
Feliz como aquella modistilla del 67
Feliz como aquella modistilla del 67
que me enseñaba coqueta los bordes almidonados
de su enagua fru-fru, entre muslos de seda.
Cuando sólo me queda una soledad
de sol frío en la piel. O la muerte como siempre.
Como a todos. Como al género humano
que presume de serlo. Tantos falsos mintiendo.
Esos seres tibios con su gato de angora
o su entrepierna de felpas.
Y si mi amor eres tú y te siento lejana
y te reclamo, ven.
Ven a este funeral de huesos
Ven a este funeral de huesos
que tiene apellidos que llevan mi nombre o mi cuerpo.
Ese que no ves debo ser yo,
dicen los milagros, insisten los misterios.
¿Hay peor error que no poder vivir sin ti?
Todo lleva tu nombre tu rostro tu cintura.
Un rastro sigo de símbolos y puños,
un topo de Marx con bandera al hombro,
un topo en mi sísmico pasado,
minando los cimientos, de este estado burgués
contra el que peleo, me enzarzo,
me debilito, o me enciendo.
me debilito, o me enciendo.
Quiero morir abrazado a tu nombre,
a tus muslos, a tu sexo. Y saber que vine
a no ser jamás un hombre.
10 comentarios:
Que bonito poema, eres un hombre de los pies a la cabeza y de pensamiento para mi perfecto, y si ella no te hace caso, me llamas que yo iré. Besos.
Sin duda alguna que tendré en cuenta tus palabras, Loli. Si ella no me hace caso.
El poema, en línea con mi "magnifica" biografía: es decir un estandarte por derrota.
Un beso.
El peor error es el de no saber o no poder amar. Quien ama, siempre tiene la posibilidad de ser correspondido.Y este poeta sabe amar. Pero los enamorados son seres infinitamente deseantes en sus reclamos. Seguro que Ella también reclama.
Y ese hermoso deseo expresado al final es, probablemente,a lo que todos aspiramos.
Besos
Todos somos grandes fingidores, yo diría que es lo único que hacemos bien. Y la mayoría llevamos estandartes por derrotas, y viceversa. Un abrazo.
Deseantes o deseosos en sus reclamos, los amantes.
Lo dice Don Carlos Edmundo de Ory en su poema "Hipérbole del amoroso":
Te amo tanto que duermo con los ojos abiertos.
.................
Te amo tanto que como ruiseñores.
.................
Te amo tanto que mi alma tiene trenzas.
Besos, Shandy.
Shandy, se me olvidaba:
Que dura es la vida. Y que hermosa. Y que fácil. Y que bellas las cosas que nos rodean. Y como amo al ser humano que lleno de errores, llora cada atardecer, aquí en este paralelo; o allí, cada amanecer en aquellas antípodas.
Amo las derrotas, porque en ellas hay belleza: La del vencido. Sobre todo si fue un vencido que murió por amor.
Otro beso.
Tal vez Amando, tal vez... Tal vez en ese fingir hay pura inocencia. Tal vez miedo. Vergüenza. Tal vez... Cada uno que finja lo que sepa fingir. Hay que ser buen actor para ello. Un defecto, una sombra. O simplemente una bofetada que nos dieron a los tres años, por hacernos pis en los calzones. Ah! los fingidores, con sus recovecos, queriendo llegar tarde usando trochas. O atrochando para no ser vistos. Son raros, distintos. Incluso hasta inteligentes. Si entiendes que la inteligencia es neutral y esta al servicio de los neutrales, Esos que no enfrían ni calientan. Ser fingidor da para mucho. Yo un día fingí tanto que me hice adulto y todos me conocen por mi nombre. Ahora me llaman Tomás. Antes de fingir era un niño.
Abrazos.
Que venga ya!
Un poema precioso, Tomás.
Un beso.
Alas, te prodigas poco, amas esa isla.
Un beso para ti.
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