1
Mira esa hoja que ya no cabe en el árbol,
numérala, di si al ser ella un número
improbable, razón tiene su existir,
si debiera caer o volar o también morir
antes de que el otoño
afecte a sus hermanas, hojas como ellas,
que supieron escoger un lugar,
un orden en las ramas,
acomodarse un sitio en la vida,
al sol, más o menos fácil.
2
Parte de la nieve que tú bebiste
se fue hacia fuentes y manantiales
llevándose de ti un recuerdo tuyo
que pasó entre las piedras
sedimentó en las rocas
y fuiste parte de un paisaje de agua
que se acordaba de ti.
3
Afuera hay un árbol que proyecta una sombra.
Los niños juegan a saltar sobre ella.
El árbol tiembla.
2 comentarios:
Seguro que a Celan le hubiera gustado mucho este poema en su memoria, como él no te lo puede decir te lo digo yo. Un beso, Tomás.
Fue una osadía por mi parte. Espero pedirle disculpas un día, en algún lugar.
Un beso, Lola.
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