Como un temblor acudes a mí,
por el aire danzando
pluma negra de águila,
con ella escribí en el viento
un canto sencillo y un graznido
de noche oscura y vuelo tardo.
Y a esa noche de alas extendidas
la veo,
la veo ahora
llevándose en sus garras
los poemas que conseguí
arrebatar a otros pájaros
menos avezados en el arte
de la sobrevivencia.
Veo a los pájaros sin alas,
rotos y ciegos,
descendiendo la sangre de la noche.
2 comentarios:
Como siempre, hermoso.
Abrazo.
Gracias, poeta.
Abrazo.
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