Amo a mucha gente. Las he puesto en fila, las he barajeado dulcemente, como si fueran alas de pájaro, procurando no romper ninguno de los huesecitos que usan para acariciarse entre ellos; les he dado forma de corazón, les he pedido que se pronuncien. Y son demasiadas. Todas ellas miran al mar y ven barcos donde solo hay distancia.
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