…si amanezco pálido,
es por mi obra; y
si anochezco rojo,
es por mi obrero.
-César Vallejo-
Adoba con el tiempo una costra
lejana
que no delimite su escozor
sólo
a las penumbras
sino que más adentro habite
ese hueso de tétanos añejos
para así
la opción al sufrimiento
se quede en la dúctil planificación
y el tacto
sólido
número
materialice la realidad
de que los cuerpos
siempre
tienen la posibilidad irrefutable
de apoyarse en el quicio de las
puertas
esas
que abiertas
dan paso a la lucha del hombre
al amor
y a la dialéctica de la niebla
y la oscuridad.
2 comentarios:
Me encanta, Tomás, hermoso y grande.
Tan generosa la opción: que el dolor propio quede en lo profundo y abrir las puertas a la lucha por el dolor de los otros... y el amor, siempre el amor.
Besosdeotoño.
Si el dolor queda en segundo plano siempre se verá "sometido" al posible amor de los otros. Amor y dolor conjugándose, al fin y al cabo siempre se trata de amar.
Besos de otoño. Besosdorados, Soco.
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