fingido el uso que le damos al placer
se da a la vida el impulso del caos
se inician palabras débiles y caen esferas
se desploman cándidos artesonados
y lápices de colores y mareas internas
y dejan las cosas de llamarse
por su nombre.
Caen esbozos
nacen caras nuevas
reconociendo en sus arrugas
la identidad de otro rostro
identificando en su nomenclatura
el dígito álgido del semblante de otro.
Y las intenciones empiezan a coincidir
en un crucigrama de enigmas
que conformándose deciden proclamar
el misterio de su sed
la sed de su dolor
el dolor al fin como un apósito
plácido.
Fingido el trámite nos queda el debe.
4 comentarios:
No se lo que has querido decir....pero llegando al dolor todo tiene de repente sentido. BESOS.
Una deuda, un deber con nosotros, los otros..un poema que poco añade al ruido.
Besos, Lola.
Los Trámites son "Puro trámite". El Debe, me suena a "deuda" (palabra odiosa en estos tiempos). Pues ni Trámites ni Debe. Me quedo con Un Crucigrama de enigmas, que también respiro en estos versos tuyos.
Crucigrama de besos
Hay deudas y deudas. Hipotecas y hipotecas. El resto es trámite que transmite un miedo a que caigan esbozos, ese dibujo tembloroso del pasado.
El crucigrama es mezcla, razas nuevas, rostros distintos, esas arrugas inventando máscaras que se cruzan en nuestras vidas. Con este crucigrama de posibles enigmas me quedo. Y sus besos como deuda.
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